ALCOHOL: DROGA

Cuando hablamos de drogas, habitualmente nos referimos a la marihuana, la cocaína u otras tantas que, por sus devastadores efectos, están prohibidas en la mayor parte del mundo.
¿Qué decir del alcohol?. ¿Puede llamarse droga?. Si formuláramos esta pregunta en una encuesta, es probable que la mayoría piense que no. Sin embargo, estudios serios de especialistas llegaron a la conclusión de que el alcohol no sólo es una droga, sino que, incluso, puede constituirse en droga de las llamadas “duras”, como la cocaína o la heroína. Mirá -, por ejemplo, lo que escribe Jean Ades, médico psiquiatra, desde su condición de presidente de la Sociedad Francesa de Alcohología:
“Es una droga que, si es consumida en exceso y durante mucho tiempo, puede dar lugar a un acostumbramiento, a un aumento de la tolerancia, a una fuerte dependencia psicológica y, en muchos casos, a una dependencia psíquica. La capacidad que tiene una sustancia llamada psicoactiva de inducir síntomas de abstinencia (y en el caso del alcohol, es sabida la gravedad potencial de tales es: delirium tremens, epilepsia y otros...), de ser neurotóxica y de suscitar una necesidad intensa de volver a consumirla define su carácter de droga. El alcohol evidentemente responde a este criterio.
¿Es una droga dura?. Sin ninguna duda, si se consideran sus consecuencias negativas para la salud física y mental... ¿Es necesario hacer referencia a la fundamental incidencia del abuso del alcohol en los comportamientos violentos, especialmente entre jóvenes, en los homicidios, la violencia intrafamiliar, la violación?. ¿Es necesario repetir que el abuso del alcohol es un factor determinante de la aparición de patologías mentales: depresiones, psicosis, demencias?.
El alcohol es, en consecuencia, una droga peligrosa. Es hora de que se afirmen y comprendan las potencialidades toxicomaníacas y extremadamente destructivas del alcohol. Sin entrar en un debate político, es hora de que se exprese públicamente lo que saben los científicos: que el alcohol consumido durante demasiado tiempo y en grandes dosis es un tóxico notoriamente más peligroso que el cannabis, numéricamente más destructivo que la heroína y de consecuencias sociales más graves que el tabaco”...

Nosotros creemos en el Dios del Amor ...