jueves, 26 de agosto de 2010

La Santa del Basural


Un sari blanco con bordes azules, una cruz abrochada sobre el hombro izquierdo y un par de sandalias que había encontrado en la basura y que le duraron muchos años -según lo contó ella misma- fueron las pertenencias y el sello externo de la Madre Teresa de Calcuta, de cuyo nacimiento se cumplen hoy 100 años y en cuya memoria se celebra el Día Nacional de la Solidaridad.
"Nosotras estamos siempre listas para responder ?presente´. Y esto no es difícil cuando no se tiene gran cosa de equipaje: una colchoneta tan delgada que se lleva bajo el brazo, dos saris, un par de sandalias y un pedazo de jabón. A esto se reduce nuestro ajuar", manifestó en una de sus conferencias la Madre Teresa. Para ella, la pobreza fue libertad, estar desapegada de lo material y, por lo tanto, estar disponible para los demás. Citaba a menudo las palabras de Sócrates: "¡Cuántas cosas no necesito! Qué libre me siento sin ellas!"

Alina Diaconu
Para LA NACION
La autora es escritora. Avatar y Ensayo general son sus libros más recientes.

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http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1298091

viernes, 20 de agosto de 2010

“La defensa de los que tienen menos poder”


Un feto corre el riesgo de ser menospreciado, como sucede con todo lo pequeño y aparentemente inútil. Pero la realidad es más que las apariencias. La biología afirma que el óvulo fecundado no es la suma de un óvulo y un espermatozoide. Es un ser humano nuevo, original, distinto del padre y de la madre. La genética indica que el ADN del óvulo recién fecundado contiene todas las características que tendrá ese humano adulto. Es exactamente el mismo que será cuando crezca. Sólo necesita que no le impidan desarrollar su potencialidad. Por eso, desde el instante de su concepción le corresponden los derechos de la persona humana, principalmente el derecho inviolable a la vida.

Si el justificativo para eliminarlo es su incompleto desarrollo, esto concede plenos poderes a los fuertes para eliminar a los menos desarrollados. De hecho, en la colonización de América algunos se sentían autorizados a matar a los indígenas porque no parecían plenamente humanos. Recordemos a los nazis, cuando señalaban razas de menor calidad que se podían destruir. Igualmente, hay quienes invitan a eliminar a los discapacitados porque no están completamente desarrollados. Pero no son los desarrollados los que deciden quién es humano y quiénes no tienen derecho a la vida.

Aquí entramos en el núcleo del asunto, que nos invita a no ser superficiales con el tema del aborto. Pensemos a fondo. Si sólo tiene derechos el ya "desarrollado", ¿con qué argumento sólido podremos otorgar un carácter indiscutible a los derechos humanos de los más débiles? La defensa de la vida humana requiere fundamentos inquebrantables y jamás sujetos a discusión, para asegurarnos de que no se repetirán las diversas barbaries del siglo pasado. El único modo de establecer estos fundamentos firmes es sostener que la vida humana es sagrada siempre, desde su gestación hasta la muerte natural. De otro modo, los inteligentes y poderosos encontrarán hábilmente excusas para eliminar al que molesta por considerarlo menos desarrollado: a los deformes, a los "negros" de las villas, a los ancianos, a los "bolitas", a los dementes, a un árabe sospechoso, etcétera.

Si lo miramos desde la óptica de los derechos de las mujeres, resulta indispensable afirmar que es tan valiosa la vida de la mujer adulta embarazada como la vida de su niña indefensa que está tratando de nacer. ¿Puede esa mujer adulta decidir libremente sobre la vida de esa otra mujer frágil que lleva en su vientre, sólo porque todavía está poco desarrollada? En cualquier política sana, quien tiene poder defiende especialmente a los que tienen menos poder. Por eso, aun por "coherencia progresista", el aborto no puede presentarse como una solución. Reconozco que también es incoherente que alguien rechace el aborto y al mismo tiempo se desentienda de los marginados o sostenga terribles guerras preventivas. Hay mucha hipocresía, sí. Pero no se la hagamos pagar a los inocentes.

Aquí cuenta algo que nos ennoblece inmensamente: esa pasión por la dignidad humana que se ve en una madre que lucha contra todo por la vida de un hijo discapacitado, mientras otros secretamente piensan que esa vida es inservible. O la pasión de quien busca preservar la vida de los indígenas de la selva, que supuestamente no aportan nada a la sociedad. O esa sublime obsesión de los médicos que batallan contra la muerte para salvar a una anciana de 90 años, aunque sólo sea para retenerla entre nosotros unos meses más. Ellos perciben que toda vida humana es infinitamente valiosa y debe ser cuidada, más allá de su desarrollo, más allá de su utilidad, más allá de toda circunstancia molesta. Lo mismo vale para ese milagro en gestación, para ese nuevo ser humano que lucha por crecer en el vientre de su madre. Quién sabe si será otro Einstein o una nueva Teresa de Calcuta. No importa si brotó por una violación o por un encuentro de enamorados. Es él, es único, y tiene derecho a estar aquí. Una sociedad que decide eliminarlo para evitar otros problemas se coloca en situación de riesgo.

Una madre que dio a luz a un hijo discapacitado, por más que sufra por eso, entiende que la solución no está en asesinar al niño. Las respuestas siempre tendrán que buscarse en otra parte, no en la muerte. En algunos lugares se tolera que alguien aborte cuando prevé que el niño nacerá discapacitado. Entonces, ¿qué argumento bien sólido quedará para no eliminar también a un discapacitado que ya nació? El nacimiento no establece una diferencia esencial, no traza una línea clara entre una vida no humana y una vida humana. ¿Qué le agrega el hecho de salir del vientre? Un niño no comienza a ser humano como por arte de magia cuando es dado a luz, ni cuando pasa la barrera del tercer mes de gestación. Pretender determinar hasta qué momento de su desarrollo alguien puede ser eliminado sería considerarse Dios. Pero no lo planteo como una cuestión religiosa, sino como un sano humanismo.

La situación de muchas mujeres pobres que han sido violadas es dramática. No suelen tener el apoyo que les hace falta para enfrentar su angustia. Necesitan amplia ayuda y mucho acompañamiento para llevar adelante un embarazo no deseado, aunque sea para que finalmente puedan entregar a su niño en adopción. Pero no somos solidarios con una víctima creando otra víctima. La solución no se encuentra enfrentando a una mujer con esa vida frágil gestada dentro de ella, como si fuera un simple grano o un tumor. ¿Acaso ese pequeño tiene la culpa de lo que pasa, como para convertirlo en una variable de ajuste?

En un lugar donde las cosas se resuelven así, se produce una relativización de la vida que introduce en los subterráneos de la sociedad un frívolo desprecio por la dignidad humana. Esto finalmente se traduce en una incapacidad para reconocer al otro, que alimenta un oscuro dinamismo de degradación social. Mejor levantemos la mirada.+

jueves, 19 de agosto de 2010

Ordenación Sacerdotal de Moises

Un sueño posible

Dehonianos en Paraguay

En los días pasados, 14-16 de agosto, como ya sabían, se inició oficialmente nuestra Misión SCJ en tierra guaraní., con momentos y celebraciones muy emotivas...
Se comenzó con el aval de la Iglesia local y de la Congregación.



El día 14 el Arzobispo de Asunción mons. Pastor Cuquejo, bendijo la hermosa capilla, decorada por el P. Juan Quinto, de la casa en Asunción.-
A las 10 hrs. Misa solemne concelebrada en la Vicaría San Julián, una de las cuatro Vicarías de la Parroquia de Limpio, encomendadas a los Dehonianos. El Arzobispo destacó la importancia y el significado misionero de esta nueva presencia, dando, en cierto sentido, comienzo oficial a la gran Misión arquidiocesana.
Muy interesante la participación de la gente, a pesar del frío intenso, del clero secular y de las religiosas de la zona.
Por la tarde en la capilla de la Casa, después de un momento de oración, tomó posesión de su cargo, como superior de la comunidad territorial del Paraguay, el P. José Arildo Ferrari de BM; así quedó también erigida canónicamente la nueva comunidad misionera.
El día 15, día de la Virgen Patrona de Asunción, visitamos las Vicarías y sus barrios. Por la tarde realizamos una reunión los superiores responsables de la misión (BM, AR, URU, CH, con PAR y el p. Claudio Weber, representando al Gobierno General); se analizó la situación y el camino actual de la Misión.
El día 16 temprano viajamos hacia Alberdi, departamento de Ñeembucú, Diócesis de San Juan Bautista de las Misiones.
Almuerzo, un momento de descanso y a las 15 hs, reunión nuevamente con los 4 misioneros, presente también el P. Simón Pedro Claudino dos Santos, de BM, próximo integrante del grupo.
18 hrs.: Misa solemne en la Parroquia “S. Corazón de Jesús”, toma de posesión del nuevo párroco, el P. César de BM y del Vicario parroquial, el P. Mario Lovato de AR.
La Iglesia parroquial, interiormente renovada, se llenó de gente, proveniente además de las otras dos pequeñas parroquias, atendidas por los padres: Villa Oliva y Villa Franca.
Muy emotiva la celebración, mucha la participación del clero diocesano y de algunos religiosos: presidió el querido obispo de San Juan Bautista, Mons. M. Melanio Medina; lo acompañaba el Obispo de Formosa, Mons. José Conejero, muy de casa en Alberdi.

El Corazón de Jesús nos abrió las puertas de esta nueva Misión “latinoamericana”.

p. Attilio, scj

Deuda Social, Nuestros niños y nuestros ancianos