miércoles, 4 de mayo de 2011

Buscar los frutos de la Resurrección



Si no busco el poder,
ningún poderoso podrá hacerme daño.

Si no ambiciono riquezas,
jamás me sentiré amenazado
por la miseria.

Si no corro tras los honores,
convertiré toda humillación en humildad.

Si no me comparo con nadie,
seré feliz con lo bueno
que hay en mí mismo.

Si no me dejo invadir por la prisa,
encontraré tiempo para todo lo necesario.

Si no soy esclavo de la eficacia,
daré el fruto que los demás esperan de mí.

Si no me enredo en la competitividad,
entraré en comunión
con lo bueno que hay en todo.

Si vivo a fondo el momento presente,
seré dueño absoluto
del pasado y del futuro.

Si acepto el fracaso en mi vida,
habré librado mi vida de todo frustración.

Si vivo para el AMOR,
el AMOR estará siempre vivo en mí.

P. Javier Leoz