miércoles, 10 de junio de 2009
Vida
¡Buen día! “El día que Dios ordenó que yo viviera, que ocupara un lugar sobre este mundo, mezcló por partes iguales las estrellas, el barro, el talento y la tristeza. Me inventó una voz, una letra, una figura, no, necesariamente bellas. Me lanzó a recorrer la vida como se derrama el vino en una mesa.”
Y surgí en medio de este circo cotidiano en que las fieras se disputan la piadosa agonía de las flores y el sol, el oro, el agua y todo poder sobre la tierra. Y fui escritor que contó sobre la vida. Estoy aquí. Soy dueño de los siempres y los nuncas. Soy el ave que vuela sentenciosa en torno a la rama que un viento vanidoso dejó trunca”.
Me encantó esta página de José Arévalo que alguien copió para que la disfrutara. Y como lo bueno se comparte, he querido compartirla.
Quisiera compartir también otra página, pero de autor anónimo:
1,La vida es algo que todos cargamos en los ojos, que no pesa, que cada día despierta y se hace tiempo en puertas y ventanas, en cristales sonrientes y manos que se mueven al trabajo.
La vida es el saludo de cada mañana, es el olor a sol, el sabor a nube, el calor del cielo. La vida es uno mismo caminando por la vida.
La vida es la tranquilidad de un saludo, el agua fría de la ducha, la ropa con olor a fresco,la caricia de un recuerdo,la mirada limpia de un niño. Todo esto es vida y no está lejos. Está tan en nosotros que a veces, cansados, la confundimos con la rutina y nos deshacemos en angustias. Todo se logra con la vida cuando la sabemos en su verdadera medida.
La vida no va más allá ni más acá. Es un espacio infinito con millones de alternativas. Basta mirar hacia arriba: la vida es
Dios...”.
Le dejo para el final este bello pensamiento de Laurens van der post: “Yo sigo a la vida tal como se me presenta, de la misma manera que seguiría el vuelo de un ave. La sigo y no discuto”.
¡Hasta mañana!
P. José Ceschi
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