Buen día! ¿Quién dijo que ser cristiano es algo fácil? Cristiano en serio, digo, no en serie... Porque podemos fabricar y fabricarnos- cristianos en serie sin problemas. Los hay millones.
El problema se da cuando uno quiere tomar en serio el mensaje de Jesús. En definitiva, es un mensaje de amor. Pero bien entendido: amar a alguien es buscar su bien. El bien de la persona amada. Aun a costa del propio sufrimiento.
Jesús lo tenía clarito: ‘Ustedes han oído que se dijo: ’Amarás a tu prójimo’ y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos...‘. A continuación aclara que no es ningún mérito amar a los que nos aman, o saludar a los que nos saludan. Termina diciéndonos que debemos apuntara lo máximo: así como el Padre es perfecto, también nosotros debemos buscar la perfección (Mt 5,4348).
Toda la historia de la Iglesia más allá de sus deficiencias y de sus pecados- nos ofrece un inmenso ramillete de personas que transitaron ese camino de amor hasta dar incluso la vida como ofrenda de entrega generosa.
Hoy quisiera reproducir las profundas convicciones de un genuino mártir de amor. Dirigiéndose a los enemigos que lo perseguían, escribió palabra que se entrelazan con lo más profundo del evangelio:
‘No tenemos, ni queremos tener, otros medios para vencerlos, que el amor. Jamás emplearemos contra ustedes la violencia. Por medio del amor, a ustedes, que son nuestros enemigos, los convertimos en amigos. A la capacidad de ustedes de hacernos sufrir, opondremos la nuestra para soportar el sufrimiento. Pongamos en la cárcel y los seguiremos amando. Aterroricen a nuestros hijos y los seguiremos amando. Envíennos gente que nos apalee y los seguiremos amando. Llegará un día en que se avergonzarán de su propia violencia. En ese día nos darán libertad y lograrán la de ustedes, porque se habrán librado del odio. En ese día se alcanzará una doble victoria‘.
Firmado: Martin Luther King.
¡Hasta mañana!
P. José Ceschi
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