viernes, 11 de diciembre de 2009
Nuestra Señora de Guadalupe 12 de Diciembre
En la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América, la liturgia nos propone una bella consideración sobre el papel de María en la Historia de Salvación, que nos permite al mismo tiempo ubicarnos en el tiempo de preparación para la Navidad.
La carta a los Gálatas presenta al hijo de Dios, "nacido de mujer" como el liberador de la Ley.
En el tiempo de la vida de Jesús de Nazaret, los fariseos habían convertido a la Ley en una carga que sometía al ser humano, perdiendo su sentido original de oferta y ayuda para el pueblo. Recordemos la actitud de libertad de Jesús frente a los mandatos de la Ley, cómo cura a los enfermos o recoge espigas en sábado. Pues bien, Pablo nos dice que Jesús nos liberó de la Ley para recibir la condición de Hijos de Dios, condición que nos permite llamar a Dios. Esta palabra aramea está tomada del lenguaje de los niños, que con una confianza ilimitada, sin elaborar la noción racional de padre y cuando aún no comprende lo que dice, expresa su experiencia existencial de seguridad llamando a papá y a mamá. Sólo aquel que acepta la confianza contenida dentro de la palabra Abba, aquel que como niño puede llamar a Dios Abba, encuentra el camino del Reino de Dios.
Este derecho nos lo ganó el Hijo de María, la Virgen Nazarena que aceptó su papel de Madre del Salvador, y demostró en su vida cómo se vive la experiencia de Dios, en su disponibilidad para aceptar la Palabra de Dios, y en su fe profunda. Por eso se le considera modelo del cristiano.
María se puso en camino, nos dice el Evangelista. En camino vivimos todos, pero para María es diferente porque lleva en su seno al Hijo de Dios. Al visitar a su prima Isabel revela una actitud de solidaridad, un saber estar en la compañía de quien la necesita, llevándole sobre todo la alegría de la presencia del Señor. Seguramente la primera comunidad cristiana la reconoció como una mujer especial. Isabel saluda a María como "bendita entre todas las mujeres"; (ya el ángel la había llamado "llena de gracia", Lc 1,28), porque Dios Padre la ha bendecido con el Hijo, y de esta manera ella se convierte en el vehículo de la salvación de Dios a su pueblo. Este es el papel de María en la Historia de salvación. La Madre que desaparece en el evangelio porque es la hora de Jesús
Realmente la vida de María estaba comprometida con su hijo, pero ella reconoce que así como por Jesús se llega al Padre, a Jesús se llega por medio de los hermanos y hermanas (Caná, al pie de la cruz...). María y Jesús son como dos momentos de un misterio de autocomunicación salvadora de Dios.
Se ha reflexionado mucho en los últimos años sobre María de Guadalupe, que ha aparecido más y más como "modelo de evangelización". Una evangelización que se incultura en el lenguaje del pueblo en vez de venir vestida con el ropaje de la cultura forastera del evangelizador. Una evangelización que no parte del centro sino de la periferia. Que no viene de arriba sino de abajo. Que no tiene como protagonista al obispo o al poderoso sino al laico y al pobre. Hay mucho escrito sobre ello y podrá ser útil reflexionarlo y recordarlo al pueblo creyente en lo que puede ser una forma fácil de convertir la novena en una ocasión de evangelización y de revisión de nuestra evangelización.
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