viernes, 25 de diciembre de 2009

Navidad


El sentido de la fiesta navideña es la Palabra, de la que el himno
de Juan (d. Jn 1) dice que al principio estaba junto a Dios. De
esta Palpbra se dice también que se hizo carne y habitó entre nosotros.
Este es el acontecimiento que celebramos cada año en Navidad:
Dios ha venido a nosotros. El nos quita la falta qe sentido y
las monótonas repeticiones de nuestra vida cotidiana. El mismo es
el sentido que da contenido a nuestra vida.
Estamos acostumbrados a traducir así la primera frase del evangelio
de Juan: «En el principio ya existía la Palabra». Pero el término
griego logos que se encuentra en nuestro texto, es mucho más
amplio. Logos no connota tanto a la pura palabra sino más bien el
sentido que viene expresado mediante la palabra. En logos, sentido
y palabra son inseparables: el sentido, pues, que captamos en
cualquier acontecimiento, supera siempre el episodio concreto que
puede ser expresado solamente con palabras. Si uno dice: «Te deseo
muchas felicidades» o «Feliz Navidad», no se dirige cordialmente
a otro solamente en este momento, sino que con estas palabras
expresa algo que trasciende el momento. Así cada sentido
supera el momento y el concreto evento en que se produce el encuentro.
Cuando en Navidad oimos decir: «Nos ha nacido un
niño», pensamos en el Niño del pesebre y en todos los demás niños,
si bien diferenciándolo de todos, porque él no ha nacido sólo
para sus padres, sino también para todos nosotros. También así el
sentido del acontecimiento supera siempre el episodio particular, a
través del cual ha entrado en nuestra vida. Quien ve sólo lo que tiene
ante los ojos no capta el sentido, ni el de la Navidad ni el de la
vida en general. El sentido, es decir, la profundidad de la realidad
que constituye su contenido. Y porque el sentido de cada acontecimiento
trasciende lo que está ante los ojos, para captarlo tenemos
necesidad de la palabra.
Si ahora decimos que: «En el principio era el Sentido», queremos
expresar que en el principio era lo que da contenido y significado
a toda vida. Esta es la profundidad de la realidad, de la que
se habla cuando se usa la Palabra de Dios. Este sentido último, que
confiere contenido significado a cualquier otro evento, ha sido
participado al mundo en el acontecimiento de Navidad.
Pannenberg,Presenza di Dio, Brescia 1974, 119-120

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