jueves, 9 de septiembre de 2010

Gay: otra visión

¡Buen día! Con motivo de la promulgación de la ley sobre matrimonio homosexual los medios de comunicación se llenaron de escenas favorables a la decisión del Congreso Nacional. Al menos en lo que respecta a los medios audiovisuales. En esto, Canal 7 -el canal que es del Estado y que no debiera ser usado como medio cautivo del gobierno- ha desplegado todo su potencial.

Las expresiones mediáticas a favor de la familia tradicional fueron escasas, y no siempre reproduciendo los mejores argumentos. Hoy quisiera compartir un testimonio, aparecido como carta de lectores en el diario “La Nación”. Lo firma Fernando Navarro y da su correo electrónico: fernando.navarro@ live.com.ar. Me pareció valiente de su parte. Aquí va: “Me llamo Fernando, tengo 34 años y soy gay. Podría dar argumentos filosóficos y psicológicos para explicar por qué tener relaciones homosexuales no es bueno, pero con la fe me alcanza”. “La Biblia da las razones por las que los homosexuales debemos vivir la castidad. Ellas se pueden ver en numerosos pasajes de las Sagradas Escrituras, pero, para no aburrir, citaré dos fundamentales: el Génesis 19, 1-29, con la destrucción de Sodoma y Gomorra, y la Primera Carta de San Pablo a los Romanos 1,24-27”. “En esta sociedad hedonista en la que hablar de sufrimiento es casi un tabú, en la que se lo trata de ignorar -como si de él no se pudiera sacar ningún provecho-, muchas veces me siento solo y sufro porque no tengo vocación de celibato (no tengo vocación ni de sacerdote ni de consagrado)”. “Sin embargo, vivo con esperanza porque Jesús nos dedicó a todos los que sufrimos una de sus bienaventuranzas: “Felices los afligidos, porque serán consolados”. (Mt 5,4)”. “Con esta esperanza, prefiero vivir casto durante 40, 50 años o los que me toque vivir si con eso llego aunque sea un día antes al cielo. Y tal vez esta sea mi vocación: dar testimonio de que, con la oración y la gracia de Dios, es posible vivir en la tierra, pero mirando el cielo”. No todos lo entenderán. Muchos, sí. Es bastante. ¡Hasta mañana!

P. José Ceschi

http://www.diarionorte.com/noticia.php?numero=54291

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