martes, 19 de mayo de 2009

Padre Nuestro


¡Buen día! Y ya que empezó a leer, le sugiero que siga. Es de autor anónimo. No lo dejará indiferente:
Padre nuestro que estás en el cielo. Tú eres el Padre de todos: de los ricos y de los pobres, de los civiles y de los uniformados, de los torturados y de los torturadores, de los terroristas que están a favor del gobierno y de los que están en contra. Ayúdanos a entregarlo todo, hasta la vida misma, para que todos ellos vivan como hermanos.
Santificado sea tu nombre. Para que tu nombre sea glorificado es necesario que haya más alegrías en nuestras calles, menos temores y más esperanzas. Para que tu nombre sea glorificado es necesario una vida sin odio ni rencores, sin exiliados ni desaparecidos, sin allanamientos en las casas de los pobres ni bombas que maten inocentes. Para que tu nombre sea glorificado es necesario que la vida, la que tú creaste y amaste, sea respetada.
Venga a nosotros tu reino. Tu reino de justicia y de paz. Envía tu Espíritu para que su vigor nos haga construir tu Reino. Así éste será también esfuerzo nuestro. Pero sobre todo regalo tuyo, Padre, que eres el origen de la alegría y la fuente primera de la felicidad humana.
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Tu voluntad no puede ser que los pobres tengan hambre. Tampoco querrás que tantos no tengan trabajo ni querrás que los jóvenes se sientan frustrados frente al porvenir. Para nuestro pueblo, Padre, Tú tienes sueños de vida nueva y proyectos de paz. Ayúdanos, Padre, a hacerlos realidad.
Danos hoy nuestro pan de cada día. No te pedimos todo lo que muestra la TV para encandilarnos. Simplemente te pedimos una casa para los recién casados. Te pedimos que las mujeres no tengan que salir a pedir el pan para sus hijos ni los padres tengan que llorar de impotencia. Te pedimos el trabajo digno de cada día y el salario justo de cada trabajo...”.
El espacio disponible no nos permite reproducirlo todo.
Pero vale como muestra. Algunas cosas ya no suceden entre nosotros, pero sí en otros países latinoamericanos y del mundo.
Como el padrenuestro es oración universal, debemos pensar
también en los demás.
¡Hasta mañana!

Padre José Ceschi

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