domingo, 29 de marzo de 2009
Salmo Joven
Profetas activos en la historiaDaniel termina su libro hablando de la conversión de los países enemigos de Israel y proclamando la
grandeza de Dios. El profeta joven de hoy enfrenta otro tipo de enemigos. El siguiente salmo nos invita a orar y a actuar para proclamar la grandeza de Dios en nuestra vida.
Profetas de Esperanza, tenemos la misión de estar activos en la historia y ser agentes de transformación.
Ante la soledad que abruma y empuja al alcohol,
ante el individualismo que deja al prójimo sin atención,
ante la ambición desmedida, que atropella sin compasión,
profetas sí qué hacen falta, que promuevan el amor.
En los hogares que sufren tensiones y falta de amor,
en los lugares que explotan al pobre trabajador,
en los barrios infectados de basura y putrefacción,
profetas sí que hacen falta, que transformen la nación.
Cuando la desorientación quita a la vida el sentido,
cuando el círculo de la pobreza atrapa sin dejar salir,
cuando prevalece la injusticia, el racismo y el clasismo,
profetas sí que hacen falta, que muevan a la conversión.
Ante las armas que hieren y matan sin ton ni son,
ante las drogas que quitan la razón,
ante el materialismo que causa destrucción,
profetas sí que hacen falta, que proclamen otra visión.
Profetas de Esperanza, tenemos la misión
de estar activos en la historia y ser agentes de transformación.
Dn 14
Biblia para jóvenes: http://www.bibliaparajovenes.org/recursos.html
viernes, 27 de marzo de 2009
¿Quién dicen que soy?
Hace dos mil años un hombre formuló esta pregunta a un grupo de amigos (Mc 8, 27). Y la historia no ha terminado aún de responderla. El que preguntaba era simplemente un aldeano que hablaba a un grupo de pescadores. Nada hacía sospechar que se tratara de alguien importante. Vestía pobremente. Él y los que le rodeaban eran gente sin cultura, sin lo que el mundo llama "cultura". No poseían títulos ni apoyos. No tenían dinero ni posibilidades de adquirirlo. No contaban con armas ni con poder alguno. Eran todos ellos jóvenes, poco más que unos muchachos, y dos de ellos -uno precisamente el que hacía la pregunta- morirían antes de dos años con las más violentas de las muertes. Todos los demás acabarían, no mucho después, en la cruz o bajo la espada. Eran, ya desde el principio y lo serían siempre, odiados por los poderosos. Pero tampoco los pobres terminaban de entender lo que aquel hombre y sus doce amigos predicaban. Era, efectivamente, un incomprendido.
Los violentos le encontraban débil y manso. Los custodios del orden le juzgaban, en cambio, violento y peligroso. Los cultos le despreciaban y le temían. Los poderosos se reían de su locura. Había dedicado toda su vida a Dios, pero los ministros oficiales de la religión de su pueblo le veían como un blasfemo y un enemigo del cielo. Eran ciertamente muchos los que le seguían por los caminos cuando predicaba, pero a la mayor parte les interesaban más los gestos asombrosos que hacía o el pan que les repartía que todas las palabras que salían de sus labios. De hecho todos le abandonaron cuando sobre su cabeza rugió la tormenta de la persecución de los poderosos y sólo su madre y tres o cuatro amigos más le acompañaron en su agonía.
La tarde de aquel viernes, cuando la losa de un sepulcro prestado se cerró sobre su cuerpo, nadie habría dado un céntimo por su memoria, nadie habría podido sospechar que su recuerdo perduraría en algún sitio, fuera del corazón de aquella pobre mujer -su madre- que probablemente se hundiría en el silencio del olvido, de la noche y de la soledad.
Y... sin embargo, veinte siglos después, la historia sigue girando en torno a aquel hombre. Los historiadores -aún los más opuestos a él- siguen diciendo que tal hecho o tal batalla ocurrió tantos o cuantos años antes o después de él. Media humanidad, cuando se pregunta por sus creencias, sigue usando su nombre para denominarse. Dos mil años después de su vida y muerte, se siguen escribiendo cada año más de mil volúmenes sobre su persona y doctrina. Su historia ha servido como inspiración para, al menos, la mitad de todo el arte que ha producido el mundo desde que él vino a la tierra. Y, cada año, decenas de miles de hombres y mujeres dejan todo -sus familias, sus costumbres, tal vez hasta su patria- para seguirle enteramente, como aquellos doce primeros amigos.
¿Quién, quién es este hombre por quien tantos han muerto, a quien tantos han amado hasta la locura? Desde hace dos mil años, su nombre ha estado en boca de millones de agonizantes, como una esperanza, y de millares de mártires, como un orgullo. ¡Cuántos han sido encarcelados y atormentados, cuántos han muerto sólo por proclamarse seguidores suyos! Su doctrina, paradójicamente, inflamó el corazón de los santos y las hogueras de la Inquisición. Discípulos suyos se han llamado los misioneros que cruzaron el mundo sólo para anunciar su nombre y discípulos suyos nos atrevemos a llamarnos quienes -¡por fin!- hemos sabido compaginar su amor con el dinero.
¿Quién es, pues, este personaje que parece llamar a la entrega total o al odio frontal, este personaje que cruza de medio a medio la historia como una espada ardiente y cuyo nombre -o cuya falsificación- produce frutos tan opuestos de amor o de sangre, de locura magnífica o de vulgaridad? ¿Quién es y qué hemos hecho de él, cómo hemos usado o traicionado su voz, qué jugo misterioso o maldito hemos sacado de sus palabras? ¿Es fuego o es opio? ¿Es bálsamo que cura, espada que hiere o morfina que adormila? ¿Quién es? ¿Quién es? Pienso que el hombre que no ha respondido a esta pregunta puede estar seguro de que aún no ha comenzado a vivir. Gandhi escribió una vez: "Yo digo a los hindúes que su vida será imperfecta si no estudian respetuosamente la vida de Jesús". ¿Y qué pensar entonces de los cristianos -¿cuántos, Dios mío?- que todo 1o desconocen de él, que dicen amarle, pero jamás le han conocido personalmente?
Y es una pregunta que urge contestar porque, si él es lo que dijo de sí mismo, si él es lo que dicen de él sus discípulos, ser hombre es algo muy distinto de lo que nos imaginamos, mucho más importante de lo que creemos. Porque si Dios ha sido hombre, se ha hecho hombre, gira toda la condición humana. Si, en cambio, él hubiera sido un embaucador o un loco, media humanidad estaría perdiendo la mitad de sus vidas.
Conocerle no es una curiosidad. Es mucho más que un fenómeno de la cultura. Es algo que pone en juego nuestra existencia. Porque con Jesús no ocurre como con otros personajes de la historia. Que César pasara el Rubicón o no lo pasara, es un hecho que puede ser verdad o mentira, pero que en nada cambia el sentido de mi vida. Que Carlos V fuera emperador de Alemania o de Rusia, nada tiene que ver con mi salvación como hombre. Que Napoleón muriera derrotado en Elba o que llegara siendo emperador al final de sus días no moverá hoy a un solo ser humano a dejar su casa, su comodidad y su amor y marcharse a hablar de él a una aldehuela del corazón de África.
Pero Jesús no, Jesús exige respuestas absolutas. Él asegura que, creyendo en él, el hombre salva su vida e, ignorándole, la pierde. Este hombre se presenta como el camino, la verdad y la vida (Juan 14, 6). Por tanto -si esto es verdad- nuestro camino, nuestra vida, cambian según sea nuestra respuesta a la pregunta sobre su persona. ¿Y cómo responder sin conocerle, sin haberse acercado a su historia, sin contemplar los entresijos de su alma, sin haber leído y releído sus palabras?"
JLM Descalzo
miércoles, 25 de marzo de 2009
Mensaje de nuestros Obispos ...
Queridos hijos:
Acercándonos a la Semana Santa, en la que reviviremos los gestos del infinito amor de Dios por nosotros, encarnados en la entrega de Jesús que murió en la Cruz y resucitó para que podamos vivir como hijos de Dios, los Obispos argentinos, reunidos en la Comisión Permanente, convocamos a todos los ciudadanos a fortalecer la amistad social y las instituciones de la Patria, porque “cuando priman intereses particulares sobre el bien común, o cuando el afán de dominio se impone por encima del diálogo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas, e indefectiblemente crece la pobreza en sus diversas manifestaciones”
Es un hecho que “toda democracia padece momentos de conflictividad. En esas situaciones complejas, alimentar la confrontación puede parecer el camino más fácil. Pero el modo más sabio y oportuno de prevenirlas y abordarlas es procurar consensos a través del diálogo”.
Creemos que éste es el camino a recorrer. Debemos volver a afirmar en este difícil momento que “sólo el diálogo hará posible concretar los nuevos acuerdos para proyectar el futuro del país y un país con futuro. Ello es fundamental en este tiempo, donde la crisis de la economía global implica el riesgo de un nuevo crecimiento de la inequidad, que nos exige tomar conciencia sobre la “dimensión social y política del problema de la pobreza”. En este sentido, la promoción de políticas públicas es una nueva forma de opción por nuestros hermanos más pobres y excluidos” . Esta amenaza de posible crecimiento de la pobreza, en los próximos meses, es el mayor desafío social que tenemos por delante y debe ser respondido por gestiones solidarias tanto del sector público como del privado. La Argentina sólo va a crecer con el esfuerzo, la unidad y la solidaridad de todos los argentinos.
Hermanos, con sincero amor a nuestra patria y espíritu de servicio a nuestro pueblo, pedimos a todos evitar las actitudes que nos enfrenten y dividan, y que como tales generan un clima de confrontación propicio a la violencia. El momento actual reclama diálogos sinceros y transparentes, reconciliación de los argentinos y búsqueda de consensos que fortalezcan la paz social.
Estas reflexiones que surgen de nuestra fe en Dios, el Padre de todos, y de nuestro servicio pastoral las ponemos a los pies de nuestra Madre de Luján, Patrona de nuestro pueblo.+
Buenos Aires, 25 Marzo 2009
domingo, 22 de marzo de 2009
El seguimiento de Jesús ...
Aveces te pregunto porque yo, y solo me respondes porque quiero,
es un misterio grande que nos llames así tal como somos a tu encuentro.
Que te daré, que te daremos, si todo, todo es tu regalo,
te ofrecere, te ofreceremos eso que soy eso te doy....
Cuaresma 2009
Que con María podamos vivir esta Cuaresma siguiendo a nuestro gran amigo Jesús. Que esta canción nos pueda dar el coraje de seguir a Jesús junto a María en la Cruz. Este cuarto domingo de Cuaresma la Iglesia nos invita a contempla el Amor y la gratuidad de la entrega de Jesús. que nosotros como discipulos podamos imitarlo y tener la valentía de vivir en esa gratuidad, de jugarnos la vida con las alas abiertas y no con el freno puesto.
sábado, 21 de marzo de 2009
viernes, 20 de marzo de 2009
Este es el himno del XXII Capítulo General de los Sacerdotes del Corazón de Jesús (Dehonianos) que se realizará en Roma, bajo el lema "El Amor de Cristo nos apremia". El idioma que se eligió es el latín, ya que se busco un idioma universal.
Más información: http://scjgeneralchapter2009.blogspot.com/
Sí a la Vida ...
Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría mas, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan y como disfrutaría de un buen helado de chocolate.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol.
Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti,
y una canción de Serrat, seria la serenata que le ofrecería a la luna.
Regaría con mis lagrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...
No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas, pero le dejaría que el solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Gabriel García Marquez
No olvidar ...
jueves, 19 de marzo de 2009
martes, 17 de marzo de 2009
Espiritualidad del Corazón de Jesús
REPARACIONES
Repara el mal que hiciste esparciendo el bien
en su propio ambiente.
Da a quien le quitaste.
Complace a quien disgustaste.
Alaba a quien criticaste.
Habla bien de quien levantaste calumnias.
Cura a quien heriste.
Salva a quien destruiste.
Da vida a quien mataste.
Sólo la reparación del mal puede sanarlo.
Sólo la subida puede equilibrar la bajada.
Sólo el amor puede anular el odio.
Sólo el hacer el bien puede reparar el haber
hecho el mal.
Subamos, pues, permanentemente a la cumbre
asumiendo comportamientos positivos.
scj
Oración del jóven Adolescente
¡Señor! Te llamo desde mi soledad...
para los mayores a veces soy "una cosa cualquiera"
para mi mismo, "un enigma", ¡Que edad la mía!
río locamente y lloro al instante.
Me acobardo y ambiciono, amo y odio,
no comprendo la vida, ni me comprendo a mi mismo.
Y los mayores tampoco comprenden mi situación,
a ti, que fuiste adolescente, ofrezco mis alegrías,
mis ilusiones.
Mis dudas, mi dolor, mis primeros fracasos.
dame tu luz, tu gracia y tu amor
los necesito. ¡Tu luz!
para ver claro mi camino, mi futuro, mis posibilidades, mi limitación.
Amén.
Para Agendar
El Sábado 21 de Marzo a hs. 17 en el Salón de la parroquia Nuestra Señora de Itatí haremos el primer Taller para padres de los jóvenes de la Comunidad. Desde ya se encuentran invitados todos.
Por favor avisar, para que la mayor cantidad de gente pueda participar.
Este evento se encuentra en el programa que hemos planificado.
Saludos
hugo scj
Diaconado Hno. Hugo
Que alegría por compartir con todos ustedes ese momento. Simplemente como dije en ese día dar las gracias por todo lo que compartí con tanta gente, porque este diaconado no es sólo simplemente para mí o para mi familia sino también para toda la Iglesia. Ojalá que con sus oraciones y su apoyo pueda ser un buen servidor de Dios.
Alguién me dijo al otro día de la ordenación la frase que me gustó mucho y me sentí muy identificado: "Me postré conciente de todas mis miserias y me levanté siendo servidor de la Gracia de Dios: Diácono".
Un abrazo para todos.
hugo scj
lunes, 16 de marzo de 2009
Dios ¿quién es?
¡Buen día! ¿Quién es Dios? Mil respuestas no alcanzarían a captar toda su esencia: “Dios se nos escapa siempre. Es mucho más que lo que nuestras débiles palabras logran expresar. Tiene más hermosura que toda exhibición de un concurso de belleza. Es más inteligente y sabio que todas las reflexiones acumuladas lo largo de los siglos.
Está más allá de todos los espacios conocidos. Es más actual que todas las noticias del periódico. No limita en nuestras fronteras. No se reduce a nuestros lugares. No se somete a nuestros esquemas. No se dirige por nuestros criterios. No usa ni abusa de nuestra lógica. No se deja conducir según nuestros principios. No lo explican ni lo abarcan ni lo encierran nuestros libros, ni nuestros templos, ni nuestras homilía...”.
Esta larga cita la encontramos en “Tiempo para preguntar”, de Miguel Ortega Riquelme. Sigue diciendo:
“Dios se ríe muchas veces de nuestros intentos por definirlo con tanta precisión y por fijarle normas. Lo pensamos como un rey y El se muestra humillado ante su pueblo. Creemos que habita en el cielo y se nos multiplica aquí en la tierra. Lo proclamamos santo repetidamente y lo vemos comiendo con multitud de pecadores...”. Desde luego que es rey, pero a su modo. Habita en el cielo, pero a su modo. Es infinitamente santo, pero a su modo. A lo divino. Es único. Inabarcable. Infinito.
Y Ortega Riquelme nos ayuda a descubrirlo con rostro siempre nuevo: “Es quizás la necesidad más oculta de cada hombre en sus misterios. Es el llamado permanente de los que buscan afanosamente entre las sombras. Es la pureza transparente que el adúltero y la prostituta añoran cada noche. Es el consuelo de los que lloran amargamente porque han perdido su esperanza. Es la libertad que todos reclamamos a gritos por las calles. Es la paz que pedimos y anhelamos con majadera insistencia en nuestra vida. Es la alegría que echamos de menos en nuestro rostro y convivencias. Es la felicidad que lloramos por encontrar alguna vez pero que no logramos dar alcance...”.
Y el panorama se puede ampliar al infinito. Dios está presente también en las ausencias. Es la nostalgia de El, es la nostalgia del verdadero amor. “Dios es amor, dirá san Juan, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él”. (1 Jn 4,16). Por ahí va el camino.
¡Hasta mañana!
P. José Ceschi
Jesús de Nazaret, la pasión
50 ARTISTAS EN ESCENA
Actores, Cantantes y Bailarines recrean con un gran despliegue la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor
JESUS DE NAZARETH, LA PASION es un Musical estrenado en ocasión del Encuentro Eucarístico Nacional de Córdoba en el año 2000 y presentado en numerosas diócesis argentinas y del exterior
SABADO 11 de ABRIL de 2009- 22:30
ANFITEATRO MARIO DEL TRANSITO COCOMAROLA
Av. Sarmiento y Patagonia
Ciudad de Corrientes
DOMINGO 12 de ABRIL de 2009- 20:00
ANFITEATRO DOMO DEL CENTENARIO
Ciudad de Resistencia
PUNTOS DE VENTA ENTRADAS:
Sucursal Megatone CORRIENTES - Av. Maipú 25
Sucursal Megatone CORRIENTES - Junín 1143
Sucursal Megatone RESISTENCIA - Arturo Illia 43
Sucursal Megatone RESISTENCIA - Av. 25 de Mayo 1599
Sucursal Megatone RESISTENCIA - J.D.Perón 131
AUSPICIAN:
Departamento de Laicos- Conferencia Episcopal Argentina
Arzobispado de Corrientes
BANUEV
info:banuevteatro@yahoo.com.ar
domingo, 15 de marzo de 2009
Capítulo General de los Dehonianos
“EL AMOR DE CRISTO NOS APREMIA”
(2Co 5,14)
Apasionados por Cristo, que nos une en fraternidad, anunciamos el Evangelio
Este año 2009 como Congregación, Sacerdotes del Corazón de Jesús, nos preparamos a vivir un acontecimiento muy importante: El Capítulo General.
¿Qué es un capítulo General?
Es una instancia de reunión, en donde todas las provincias, regiones, distritos de las diferentes naciones se reunen para reflexionar y decidir el "rumbo" que tenemos que acentuar como congregación. O sea que todos los religiosos dehonianos estarán representado por miembros de sus provincias. En el caso de Argentina, serán representantes de nuestras comunidad el p. Atilio y el p. Eduardo.
El lema que se eligió es "apasionados por Cristo, que nos une en fraternidad, anunciamos el Evangelio. Un lema que nos vuelve a la raiz de nuestra espiritualidad, el Amor de Cristo, que nos impulsa a Evangelizar.
El lugar, será en Roma, en la Casa General de los Dehonianos, y se realizará desde desde el 17 de mayo al 12 de junio de 2009.
Desde ya los invitamos a rezar por nuestro Capítulo, para que juntos podamos ir creciando en comunión para poder anunciar la Buena Nueva del Amor y de la Vida.
hugo scj
jueves, 12 de marzo de 2009
El camino vocacional ...
Doy gracias a Dios por tanta gente que me ayudo en mi camino vocacional. Si tengo que recordar momentos que he vivido durante este tiempo, lo único que puedo decir es ¡Gracias! Tanta gente con la que he compartido, tantos momentos de encuentro, fogones, encuentros, retiros, charlas, preparación de catequesis, discusiones, debates, guitarreadas, etc... Tantos momentos en presencia de Dios! Cuanto habremos planificado, cuanto habremos soñado, cuanto habremos discutido, todo por el Reino de Dios...
Doy gracias en estas vísperas de mi ordenación diaconal y ruego a Dios por cada uno de ustedes.
Seguramente personas que quedaron en mi corazón. Hoy si pudiera tenerlos cerca, solamente les diría Gracias.
He llegado a este momento luego de compartir con gente en Jujuy (lugar donde nací) en Resistencia (mis primeros pasos en la etapa formativa) Brasil (año de noviciado) Buenos Aires (mis primeros pasos como religioso) y Resistencia (mi año de experiencia pastoral y de mi consagración definitiva).
Que Dios los bendiga mucho ... en el Corazón de Jesús
hugo scj
P. Dehon 14 de Marzo 1843 – 12 de Agosto 1925
El p. Juan León Dehon nació un 14 de Marzo de 1843 en La Capella, un ciudad al norte de Francia.
La familia Dehon es originaria del Hainaut francés; más precisamente, del señorío de Hon, ubicado cerca de Bavay, una ciudad importante ya en la época galo-romana, porque es precisamente entre cruce de rutas que surcan el norte de la Galia. Es en el siglo XVIII que los de Hon se radicarán en La Capelle; durante la Revolución francesa abandonan la partícula para llamarse “Dehon”. Allí siguen su vida de agricultores y ganaderos. Con las riquezas, la familia ocupa rápidamente una posición social cómoda e influyente. El abuelo es alcalde de La Capelle en el momento del nacimiento de León. Es el que firma el registro del nacimiento de su nieto.
El padre de León, Alejandro Julio, y su hermano menor ocuparán el mismo cargo. La posición social de la familia Dehon está sólidamente asegurada en La Capelle, famosa en la región por sus carreras de caballos. Los Dehon poseían evidentemente una caballeriza. León Dehon nace, pues, en medio de una pequeña burguesía rural, muy arraigada al terruño, metida en los asuntos agrícolas, pero abierta a las novedades
El joven León, en oposición a su hermano Enrique, que sigue las huellas de su padre, apenas se siente atraído por la vida y las tareas del campo. Moderadamente practica la equitación, lo que llama la atención en ese ambiente. En efecto es con su madre, Estefanía Vandelet, que el chico teje lazos de secreta connivencia. Aquí se juega una parte decisiva de su futura orientación, tanto en el plano cultural en general como desde el punto de vista religioso.
viernes, 6 de marzo de 2009
Mensaje del Benedicto XVI a los jóvenes del mundo con ocasión de la XXIV Jornada Mundial de la Juventud 2009
«Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (Col 2,7)
Queridos amigos:
El próximo domingo de Ramos celebraremos en el ámbito diocesano la XXIV Jornada Mundial de la Juventud. Mientras nos preparamos a esta celebración anual, recuerdo con enorme gratitud al Señor el encuentro que tuvimos en Sydney, en julio del año pasado. Un encuentro inolvidable, durante el cual el Espíritu Santo renovó la vida de tantos jóvenes que acudieron desde todos los lugares del mundo. La alegría de la fiesta y el entusiasmo espiritual experimentados en esos días, fueron un signo elocuente de la presencia del Espíritu de Cristo.
Ahora nos encaminamos hacia el encuentro internacional programado para 2011 en Madrid y que tendrá como tema las palabras del apóstol Pablo: “Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe” (cf. Col 2,7). Teniendo en cuenta esta cita mundial de jóvenes, queremos hacer juntos un camino formativo, reflexionando en 2009 sobre la afirmación de san Pablo: “Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente” (1 Tm 4,10), y en 2010 sobre la pregunta del joven rico a Jesús: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?” (Mc 10,17).
La juventud, tiempo de esperanza
En Sydney, nuestra atención se centró en lo que el Espíritu Santo dice hoy a los creyentes y, concretamente a ustedes, queridos jóvenes. Durante la Santa Misa final los exhorté a que se dejen plasmar por Él para ser mensajeros del amor divino, capaces de construir un futuro de esperanza para toda la humanidad.
Verdaderamente, la cuestión de la esperanza está en el centro de nuestra vida de seres humanos y de nuestra misión de cristianos, sobre todo en la época contemporánea. Todos advertimos la necesidad de esperanza, pero no de cualquier esperanza, sino de una esperanza firme y creíble, como he subrayado en la encíclica “Spe salvi”.
La juventud, en particular, es tiempo de esperanzas, porque mira hacia el futuro con diversas expectativas. Cuando se es joven se alimentan ideales, sueños y proyectos; la juventud es el tiempo en el que maduran opciones decisivas para el resto de la vida. Y tal vez por esto es la etapa de la existencia en la que afloran con fuerza las preguntas de fondo: ¿Por qué estoy en el mundo? ¿Qué sentido tiene vivir? ¿Qué será de mi vida? Y también, ¿cómo alcanzar la felicidad? ¿Por qué el sufrimiento, la enfermedad y la muerte? ¿Qué hay más allá de la muerte?
Preguntas que son apremiantes cuando nos tenemos que medir con obstáculos que a veces parecen insuperables: dificultades en los estudios, falta de trabajo, incomprensiones en la familia, crisis en las relaciones de amistad y en la construcción de un proyecto de pareja, enfermedades o incapacidades, carencia de recursos adecuados a causa de la actual y generalizada crisis económica y social. Nos preguntamos entonces: ¿Dónde encontrar y cómo mantener viva en el corazón la llama de la esperanza?
En búsqueda de la “gran esperanza”
La experiencia demuestra que las cualidades personales y los bienes materiales no son suficientes para asegurar esa esperanza que el alma humana busca constantemente. Como he escrito en la citada encíclica “Spe salvi”, la política, la ciencia, la técnica, la economía o cualquier otro recurso material por sí solos no son suficientes para ofrecer la gran esperanza a la que todos aspiramos. Esta esperanza “sólo puede ser Dios, que abraza el universo y que nos puede proponer y dar lo que nosotros por sí solos no podemos alcanzar” (n. 31).
Por eso, una de las consecuencias principales del olvido de Dios es la desorientación que caracteriza nuestras sociedades, que se manifiesta en la soledad y la violencia, en la insatisfacción y en la pérdida de confianza, llegando incluso a la desesperación. Fuerte y clara es la llamada que nos llega de la Palabra de Dios: “Maldito el hombre que confía en el hombre, y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparte del Señor. El es como un matorral en la estepa, que no ve llegar la felicidad” (Jr 17,5-6).
La crisis de esperanza afecta más fácilmente a las nuevas generaciones que, en contextos socio-culturales faltos de certezas, de valores y puntos de referencia sólidos, tienen que afrontar dificultades que parecen superiores a sus fuerzas.
Pienso, queridos jóvenes amigos, en tantos coetáneos de ustedes heridos por la vida, condicionados por una inmadurez personal que es frecuentemente consecuencia de un vacío familiar, de opciones educativas permisivas y libertarias, y de experiencias negativas y traumáticas. Para algunos –y desgraciadamente no pocos–, la única salida posible es una huída alienante hacia comportamientos peligrosos y violentos, hacia la dependencia de drogas y alcohol, y hacia tantas otras formas de malestar juvenil.
A pesar de todo, incluso en aquellos que se encuentran en situaciones penosas por haber seguido los consejos de “malos maestros”, no se apaga el deseo del verdadero amor y de la auténtica felicidad. Pero ¿cómo anunciar la esperanza a estos jóvenes? Sabemos que el ser humano encuentra su verdadera realización sólo en Dios. Por tanto, el primer compromiso que nos atañe a todos es el de una nueva evangelización, que ayude a las nuevas generaciones a descubrir el rostro auténtico de Dios, que es Amor.
A ustedes, queridos jóvenes, que buscan una esperanza firme, les digo las mismas palabras que san Pablo dirigía a los cristianos perseguidos en la Roma de entonces: “Que el Dios de la esperanza los llene de alegría y de paz en la fe, para que la esperanza sobreabunde en ustedes por obra del Espíritu Santo” (Rm 15,13). Durante este año jubilar dedicado al Apóstol de las gentes, con ocasión del segundo milenio de su nacimiento, aprendamos de él a ser testigos creíbles de la esperanza cristiana.
San Pablo, testigo de la esperanza
Cuando se encontraba en medio de dificultades y pruebas de distinto tipo, Pablo escribía a su fiel discípulo Timoteo: “Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente” (1 Tm 4,10). ¿Cómo había nacido en él esta esperanza? Para responder a esta pregunta hemos de partir de su encuentro con Jesús resucitado en el camino de Damasco.
En aquel momento, Pablo era un joven como ustedes, de unos veinte o veinticinco años, observante de la ley de Moisés y decidido a combatir con todas sus fuerzas, incluso con el homicidio, contra quienes él consideraba enemigos de Dios (cf. Hch 9,1). Mientras iba a Damasco para arrestar a los seguidores de Cristo, una luz misteriosa lo deslumbró y sintió que alguien lo llamaba por su nombre: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?”. Cayendo a tierra, preguntó: “¿Quién eres, Señor?”. Y aquella voz respondió: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues” (cf. Hch 9,3-5).
Después de aquel encuentro, la vida de Pablo cambió radicalmente: recibió el bautismo y se convirtió en apóstol del Evangelio. En el camino de Damasco fue transformado interiormente por el Amor divino que había encontrado en la persona de Jesucristo. Un día llegará a escribir: “La vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Ga 2,20). De perseguidor se transformó en testigo y misionero; fundó comunidades cristianas en Asia Menor y en Grecia, recorriendo miles de kilómetros y afrontando todo tipo de vicisitudes, hasta el martirio en Roma. Todo por amor a Cristo.
La gran esperanza está en Cristo
Para Pablo, la esperanza no es sólo un ideal o un sentimiento, sino una persona viva: Jesucristo, el Hijo de Dios. Impregnado en lo más profundo por esta certeza, podrá decir a Timoteo: “Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente” (1 Tm 4,10). El “Dios viviente” es Cristo resucitado y presente en el mundo. Él es la verdadera esperanza: Cristo que vive con nosotros y en nosotros y que nos llama a participar de su misma vida eterna.
Si no estamos solos, si Él está con nosotros, es más, si Él es nuestro presente y nuestro futuro, ¿por qué temer? La esperanza del cristiano consiste por tanto en aspirar “al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1817).
El camino hacia la gran esperanza
Jesús, del mismo modo que un día encontró al joven Pablo, quiere encontrarse con cada uno de ustedes, queridos jóvenes. Sí, antes que un deseo nuestro, este encuentro es un deseo ardiente de Cristo. Pero alguno de ustedes me podría preguntar: ¿Cómo puedo encontrarlo yo, hoy? O más bien, ¿de qué forma Él viene hacia mí? La Iglesia nos enseña que el deseo de encontrar al Señor es ya fruto de su gracia. Cuando en la oración expresamos nuestra fe, incluso en la oscuridad lo encontramos, porque Él se nos ofrece. La oración perseverante abre el corazón para acogerlo, como explica san Agustín: “Nuestro Dios y Señor pretende ejercitar con la oración nuestros deseos, y así prepara la capacidad para recibir lo que nos ha de dar” (Carta 130,8,17). La oración es don del Espíritu que nos hace hombres y mujeres de esperanza, y rezar mantiene el mundo abierto a Dios (cf. Encíclica “Spe salvi”, 34).
Den espacio en sus vidas a la oración. Está bien rezar solos, pero es más hermoso y fructuoso rezar juntos, porque el Señor nos ha asegurado su presencia cuando dos o tres se reúnen en su nombre (cf. Mt 18,20). Hay muchas formas para familiarizarse con Él; hay experiencias, grupos y movimientos, encuentros e itinerarios para aprender a rezar y de esta forma crecer en la experiencia de fe.
Participen en la liturgia en sus parroquias y aliméntense abundantemente de la Palabra de Dios y de la participación activa en los sacramentos. Como saben, culmen y centro de la existencia y de la misión de todo creyente y de cada comunidad cristiana es la Eucaristía, sacramento de salvación en el que Cristo se hace presente y ofrece como alimento espiritual su mismo Cuerpo y Sangre para la vida eterna. ¡Misterio realmente inefable!
Alrededor de la Eucaristía nace y crece la Iglesia, la gran familia de los cristianos, en la que se entra con el Bautismo y en la que nos renovamos constantemente por al sacramento de la Reconciliación. Los bautizados, además, reciben mediante la Confirmación la fuerza del Espíritu Santo para vivir como auténticos amigos y testigos de Cristo, mientras que los sacramentos del Orden y del Matrimonio los hacen aptos para realizar sus tareas apostólicas en la Iglesia y en el mundo. La Unción de los enfermos, por último, nos hace experimentar el consuelo divino en la enfermedad y en el sufrimiento.
Actuar según la esperanza cristiana
Si se alimentan de Cristo, queridos jóvenes, y viven inmersos en Él como el apóstol Pablo, no podrán dejar de hablar de Él, y harán lo posible para que sus amigos y coetáneos lo conozcan y lo amen. Convertidos en sus fieles discípulos, estarán preparados para contribuir a formar comunidades cristianas impregnadas de amor como aquellas de las que habla el libro de los Hechos de los Apóstoles. La Iglesia cuenta con ustedes para esta misión exigente. Que no los hagan retroceder las dificultades y las pruebas que encuentren. Sean pacientes y perseverantes, venciendo la natural tendencia de los jóvenes a la prisa, a querer obtener todo y de inmediato.
Queridos amigos, como Pablo, sean testigos del Resucitado. Dénlo a conocer a quienes, jóvenes o adultos, están en busca de la “gran esperanza” que dé sentido a su existencia. Si Jesús se ha convertido en la esperanza de ustedes, comuníquenlo con el gozo y el compromiso espiritual, apostólico y social.
Alcanzados por Cristo, después de haber puesto en Él la fe y de haberle dado la confianza, difundan esta esperanza alrededor de ustedes. Tomen opciones que manifiesten la fe; hagan ver que entendieron las insidias de la idolatría del dinero, de los bienes materiales, de la carrera y el éxito, y no se dejen atraer por estas falsas ilusiones. No cedan a la lógica del interés egoísta; por el contrario, cultiven el amor al prójimo y hagan el esfuerzo de ponerse ustedes mismos, con sus capacidades humanas y profesionales al servicio del bien común y de la verdad, siempre dispuestos a dar respuesta “a todo el que les pida razón de la esperanza que ustedes tienen” (1 P 3,15).
El auténtico cristiano nunca está triste, aun cuando tenga que afrontar pruebas de distinto tipo, porque la presencia de Jesús es el secreto de su gozo y de su paz.
María, Madre de la esperanza
San Pablo es para ustedes un modelo de este itinerario de vida apostólica. Él alimentó su vida de fe y esperanza constantes, siguiendo el ejemplo de Abrahám, del cual escribió en la Carta a los Romanos: “Esperando contra toda esperanza, creyó y llegó a ser padre de muchas naciones» (4,18).
Sobre estas mismas huellas del pueblo de la esperanza –formado por los profetas y por los santos de todos los tiempos– nosotros continuamos avanzando hacia la realización del Reino, y en nuestro camino espiritual nos acompaña la Virgen María, Madre de la Esperanza. Ella, que encarnó la esperanza de Israel, que donó al mundo el Salvador y permaneció, firme en la esperanza, al pie de la cruz, es para nosotros modelo y apoyo. Sobre todo, María intercede por nosotros y nos guía en la oscuridad de nuestras dificultades hacia el alba radiante del encuentro con el Resucitado.
Quisiera concluir este mensaje, queridos jóvenes amigos, haciendo mía una bella y conocida exhortación de San Bernardo, inspirada en el título de María “Stella Maris” (Estrella del mar): “Cualquiera que seas el que en la impetuosa corriente de este siglo te miras, fluctuando entre borrascas y tempestades más que andando por tierra, ¡no apartes los ojos del resplandor de esta estrella, si quieres no ser oprimido por las borrascas! Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a María... En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María... Siguiéndola, no te desviarás; rogándole, no desesperarás; pensando en ella, no te perderás. Si ella te tiene de la mano no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás si es tu guía; llegarás felizmente al puerto si ella te es propicia» (Homilías en alabanza de la Virgen Madre, 2,17).
María, Estrella del mar, guía a los jóvenes de todo el mundo al encuentro con tu divino Hijo Jesús, y sé tú la celestial guardiana de su fidelidad al Evangelio y de su esperanza.
Al mismo tiempo que les aseguro mi recuerdo cotidiano en la oración por cada uno de ustedes, queridos jóvenes, los bendigo de corazón junto a sus seres queridos.
Vaticano, 22 de febrero de 2009
Benedicto XVI
miércoles, 4 de marzo de 2009
Para recordar ...
Postulantado Dehoniano
Ayer, martes 3 de Marzo de 2009 en una misa presidida por el p. Leonardo Zampa y concelebrada por el p. Héctor González, la Comunidad del Postulantado Dehoniano recibió a los nuevos aspirantes de la Congregación. Ellos son: José Benítez y Pablo Mujica, que estuvieron acompañados por familiares, amigos y también estuvieron presentes las hermanas del Calvario.
Este año ellos nos acompañarán en la pastoral juvenil acompañando los grupos en el Sagrado Corazón y Encarnación.
Desde ya los acompañamos con nuestras oraciones para que puedan ser fieles y escuchar la llamada de Dios.
lunes, 2 de marzo de 2009
Vocabulario dehoniano
Vocabulario dehoniano
1.
ABANDONO: La disponibilidad plena a Dios se traduce en una actitud de
abandono confiado en sus manos, para que se haga todo según su
voluntad. "Tenemos que abandonarnos en todo al Señor,
vivir serenos en los brazos de su providencia como niños en
los brazos de su madre. No hay que confundir el abandono con la
resignación, es una entrega alegre, amorosa, constante, hasta
el sacrificio".
2.
ACCIÓN: "Es preciso actuar mediante las obras y las
asociaciones obreras. Hablar es bueno, pero actuar es mejor... para
realizar aquello que León XIII llama un reparto más
equitativo de los frutos del trabajo". "¡Está
todo por hacer!"
3.
ADORACIÓN: La adoración eucarística y la
adoración de la vida van unidas, y son una auténtica
misión para realizar el Reino de Dios. "La adoración
nos coloca frente a Jesús en el sacramento de su amor, de su
anonadamiento y nos invita a contemplar los prodigios de caridad y
entrega de su vida eucarística. La adoración nos lo
presenta dedicado... a extender el Reino de Dios y su Justicia".
"Mi última palabra será para recomendarles la
adoración cotidiana"
4.
ALEGRÍA: La alegría cristiana se fundamenta en la
certeza que Cristo ha resucitado."Después de la
resurrección, Jesús muestra a los apóstoles la
herida del costado como la fuente de las mejores gracias. Y mientras
ellos dan muestras de alegría Jesús les dice: reciban
el Espíritu Santo".
5.
AMISTAD: Más que servidores, Jesús quiere amigos. "La
amistad no se contenta con una generosidad a medias; quiere todo o
nada... Entre un amigo de Jesús y un servidor a sueldo hay una
enorme diferencia. El verdadero amigo es cuidadoso, atento y actúa
con delicadeza".
6.
AMOR: Esta palabra fundamental del cristianismo es también la
palabra clave de la espiritualidad dehoniana. El p. Dehon subraya
constantemente la necesidad de vivir una "Vida de Amor" en
unión a Jesús, para la gloria del Padre. "Amarás,
¿pero con qué amor?... con un amor efectivo y
perseverante. Tú amarás con todo tu corazón".
"Dios es amor, y nosotros creemos en el amor, ahí está
todo el objeto de nuestra fe".
7.
APOSTOLADO: El p. Dehon fue un ardiente apóstol de los tiempos
nuevos. Toda su actividad apostólica, sin embargo, está
fundamentada en una espiritualidad profunda."Toda vida
apostólica debe ser largamente preparada en la oración
y el estudio".
8.
BONDAD: El p. Dehon se distinguía por su bondad; era llamado
"le trés bon Pére" (= el padre muy bueno).
"Mi naturaleza -decía- me lleva a ser bueno con todos y
desearía que lo fueran conmigo".
9.
CAMINO: El camino de la vida expresa la constante aspiración
de cada persona hacia la plenitud. Para el p. Dehon este camino
espiritual se identifica fundamentalmente con "el camino del
Amor". Este camino es "el más sencillo... más
agradable... y más fácil".
10.
COMPROMISO SOCIAL: El p. Dehon, siguiendo las enseñanzas del
papa León XIII, fue un impulsor del compromiso social
cristiano. Sus doctorados en abogacía lo hacían
particularmente atento a descubrir las raíces de los males
sociales, para poder solucionarlos. "La descripción del
malestar social indica ya someramente sus causas, pero es necesario
señalarlas con más exactitud. La comprensión de
las causas del mal prepara la determinación de los remedios y
su aplicación"."Nuestro catolicismo no es solamente
una realidad privada, sino que lo es también social".