jueves, 21 de octubre de 2010
jueves, 14 de octubre de 2010
Castidad en alza
¡Buen día! “Soy virgen y estoy orgullosa”. ¿Un invento? Todo lo contrario: la constatación de una realidad. Un despacho de la agencia AICA nos informa que esta frase insólita se encuentra impresa en miles de remeras y camisetas vestidas por adolescentes. La cosa comenzó en 1993, cuando el reverendo Richard Ross, de la comunidad evangélica bautista, organizó la primera “promesa de castidad” en el templo de Nashville, Tennessee. Participaron sólo 60 chicas y muchachos, de 13 a 18 años. Se comprometían a mantener la virginidad hasta el matrimonio. Todos leyeron una fórmula cuidadosamente redactada, que comenzaba diciendo: “El verdadero amor puede esperar”.
La sorpresa fue que la iniciativa se extendió como reguero de pólvora a lo largo y ancho de los EE.UU. En pocas semanas diversas confesiones cristianas adhirieron a la iniciativa, y son ya más de un millón los adolescentes que se comprometieron de esta manera a luchar contra la promiscuidad generalizada, lo mismo que contra el alto voltaje sexual que aparece a toda hora en la TV, las películas, los anticipos y los anuncios publicitarios. Bret Johnson, un adolescente de 14 años que vive en Washington, dice que “hay mucha propaganda de sexo, y en la escuela es difícil ser casto, sobre todo si te repiten siempre que todo el mundo lo hace”. Por su parte dos chicas bautistas de Nashville confiesan: “No sabes lo estúpidas que nos sentíamos pensando ser las únicas vírgenes en nuestra escuela”. Pero ellas tuvieron su sorpresa al saber que en esa escuela, de confesión bautista, las chicas y los muchachos que mantenían su virginidad llegaban al 40%. El principal cambio, dice el cable, es que los adolescentes han perdido la vergüenza de pedir ayuda. Desde niños han visto millares de asesinatos y de actos sexuales en la TV y, como rebeldía, aspiran a una vida más humana. Quieren ser algo más que sus órganos sexuales, especialmente las chicas, que han visto cómo sus compañeras más precoces son en seguida víctimas del abandono y del desencanto. A quienes se enteran demasiado tarde se les ofrece la idea de una “segunda virginidad”, tan meritoria como la primera.
¡Hasta mañana!
Padre José Ceschi
La sorpresa fue que la iniciativa se extendió como reguero de pólvora a lo largo y ancho de los EE.UU. En pocas semanas diversas confesiones cristianas adhirieron a la iniciativa, y son ya más de un millón los adolescentes que se comprometieron de esta manera a luchar contra la promiscuidad generalizada, lo mismo que contra el alto voltaje sexual que aparece a toda hora en la TV, las películas, los anticipos y los anuncios publicitarios. Bret Johnson, un adolescente de 14 años que vive en Washington, dice que “hay mucha propaganda de sexo, y en la escuela es difícil ser casto, sobre todo si te repiten siempre que todo el mundo lo hace”. Por su parte dos chicas bautistas de Nashville confiesan: “No sabes lo estúpidas que nos sentíamos pensando ser las únicas vírgenes en nuestra escuela”. Pero ellas tuvieron su sorpresa al saber que en esa escuela, de confesión bautista, las chicas y los muchachos que mantenían su virginidad llegaban al 40%. El principal cambio, dice el cable, es que los adolescentes han perdido la vergüenza de pedir ayuda. Desde niños han visto millares de asesinatos y de actos sexuales en la TV y, como rebeldía, aspiran a una vida más humana. Quieren ser algo más que sus órganos sexuales, especialmente las chicas, que han visto cómo sus compañeras más precoces son en seguida víctimas del abandono y del desencanto. A quienes se enteran demasiado tarde se les ofrece la idea de una “segunda virginidad”, tan meritoria como la primera.
¡Hasta mañana!
Padre José Ceschi
sábado, 9 de octubre de 2010
"Aún antes de ser acción, la misión es testimonio e irradiación." (RM 26)
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